lunes, 17 de junio de 2013

Fe es la confianza


Vemos en el mundo muchas personas religiosas pertenecientes a diferentes credos, pero el hombre de verdadera Fe es poco común. Yo les mostraré cómo debe ser él. Por muy devoto que se crea, nada significa, pues el juzgamiento de ser un verdadero religioso está basado en un concepto subjetivo. Si no lo es objetivamente, no será un verdadero devoto. Una persona debe saber, en primer lugar, cómo debe actuar para ser un verdadero devoto. Teóricamente es muy simple. Ello consiste en ganarse la confianza de los demás. Por ejemplo, que todos confíen en sus palabras; que consideren que su amistad siempre es provechosa; que lo estimen como una persona excelente, etc. Conseguir tal confianza tampoco es difícil. Lo esencial es no mentir y favorecer al prójimo postergando sus propios intereses. Si la gente pensara: "Gracias a él me he salvado, jamás se pierde estando con él, es muy bondadoso, es agradable estar con él", entre otras cosas, es seguro que todo el mundo lo estimará y lo respetará. Y es fácil admitir esto. Si nosotros mismos encontrásemos tal persona, desearíamos cultivar su amistad, le confiaríamos nuestros problemas y le depositaríamos toda confianza.(...) Algo que tengo que agregar es que, por muy bien que actúe, no debe tener carácter pasajero. Si averiguamos por qué ciertas personas no mejoran su situación, pese a que se esfuerzan y trabajan, veremos que no se merecen crédito debido a sus mentiras y en esto no hay excepción.(...) La confianza es realmente un tesoro. Me he referido al merecimiento de la confianza de los hombres; pero merecer la confianza de Dios es de suprema importancia. Si logramos su confianza, todo irá bien y podremos gozar de una vida llena de alegría.

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