(...) La finalidad de la religión es, desde luego, eliminar los errores e incentivar la práctica de las virtudes; eso se consigue cuando las nubes espirituales desaparecen. Entonces, en cuanto el espíritu esté purificado, cesarán los actos condenables, y así la persona se volverá honrada, útil a su medio social y a toda la humanidad. En este sentido, los sermones son procesos purificadores que actúan a través del sentido de la audición. Los libros sagrados como la Biblia, los textos budistas, las enseñanzas de distintas religiones, etc., lo hacen mediante el sentido de la vista y del espíritu de las palabras. La Iglesia Mesiánica Mundial usa también estos medios, pero posee además el proceso purificador que denomina 'Johrei'. El objetivo del Johrei no es la curación de la enfermedad, sino que es un procedimiento para crear la felicidad. Y en realidad, no puede tener como objetivo curar dolencias, porque éstas son formas purificadoras cuya función es eliminar los nublamientos espirituales; el resultado de esa limpieza es la extinción de los sufrimientos humanos. Siempre enseño que la enfermedad, la miseria y los conflictos son formas de purificación. (...) En síntesis, estamos comprobando que la causa de todas las desgracias son las nubes del espíritu. Y el Johrei es el más simple e infalible método de disiparlas. (...) Las desdichas varían de acuerdo con la posición del espíritu en esas gradas del Mundo Espiritual. Sobrepasando las sesenta de la clase Inferior, se llega a la clase Media, el mundo intermedio (...). Y por encima de esa clase, está la Superior, el Reino de los Cielos, (...) en la cual ya se puede disfrutar una vida de felicidad. Como se ve, la posición espiritual se refleja en el destino de la persona. Por eso, debemos tratar de elevar nuestro nivel espiritual; ya que ello significa la reducción de los sufrimientos y aumentar en forma proporcional nuestra plenitud. Entonces, no serán necesarios los procesos purificadores. Por esta razón, mientras que el espíritu se encuentre en la sección Inferior, todo despliegue de inteligencia o esfuerzo es vano. En resumen, ésta es la inviolable Ley de Dios: la precedencia del Espíritu sobre la Materia. ás, hay que comprender Su voluntad y acumular acciones virtuosas, de modo que el nivel espiritual se eleve al Cielo. No hay otro medio. Y esto explica el profundo significado del Johrei.
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